Nuestra Historia


En los inicios de la década del 60, un grupo de integrantes del club de leones de Rancagua discute la idea de crear un colegio que tuviera una doble dimensión en la formación de los jóvenes y tenía que ver con el carácter bilingüe del proceso formativo. El lugar en que se inicia ese colegio y al que le asignan el nombre de Instituto Inglés es en la casona ubicada en la calle O´carrol # 456, casa que posteriormente fuera de propiedad de Mateo Mihovilovic, alcalde de Rancagua en 1973.

El acta de constitución del colegio se celebró el 02 de abril de 1963, el año en que hice ingreso al colegio a primero básico y desde ese entonces por lo que recuerdo, la recepción de los profesores fue en inglés y por supuesto no entendía nada y me costó mucho adaptarme a esa realidad ya que no era común el uso del idioma inglés en esa época, al menos la de mi generación. Me siento orgulloso de haber sido parte del colegio, en especial porque mis padres fueron socios fundadores del mismo, en conjunto con muchos padres de la generación 1975.

Algunas anécdotas de ese entonces radican principalmente por mi condición de hiperactivo y que obviamente, generaron dificultades con mis profesores para canalizar adecuadamente mis energías y por supuesto varios retos y castigos como era en esa época, recibí por mi comportamiento inadecuado al proceso formativo. Uno de los recuerdos mas importantes es sin dudas, con Miss Cooper  (Q.E.P.D) de quien tengo muy bonitos  recuerdos, independiente de algunos resultados de mi relación con ella, hoy cuestionables. Lo concreto es que el colegio fue el pilar fundamental que generó las bases básicas para cumplir mi misión que la vida me deparó.

 

César Rodrigo Vargas Vitoria
Decano Facultad de Ciencias de la Educación
Universidad Católica del Maule

 

Recuerdos del Socio Fundador del Colegio.


1. Sr. Kenneth Howard, ¿cómo nació la idea de fundar el colegio Instituto Inglés?

Mira, para mí es un agrado poder comunicarme con ustedes ya que han pasado más de 60 años desde que tomamos la iniciativa de formar el colegio. Se llamó Instituto Inglés porque yo era exalumno del Instituto Inglés en Santiago, que en realidad fue un colegio muy avanzado porque usaban un sistema de enseñanza que se llamaba el plan Dalton, este plan hacia que los alumnos que tenían una capacidad de avanzar más rápido que otros, pudieran hacerlo de manera que mucha gente salía de la enseñanza secundaria, en vez de hacerlo en seis años en esa época lo sacaban en cuatro, en el caso actual en tres o dos y medio,  pero eso dependía del avance de cada uno de los grupos que se juntaban, que eran todos de similar entendimiento y empeño.

El Instituto Inglés se fundó porque cuando yo llegué a Rancagua, empecé buscar cuáles eran los colegios en que yo podía educar a mis hijos, y no encontré ninguno que fuese de mi agrado. Además, me encontré con el señor Diego Ruidíaz  que también era ex alumno del Instituto Inglés digamos «original» y dijimos “Oye hagamos un instituto aquí y llamémoslo Instituto Inglés” porque nosotros teníamos muy buenos recuerdos del Instituto Inglés, así que en esa oportunidad con Diego Ruidíaz  y con Guillermo Mejía, que era médico, nos empeñamos en hacer un colegio. 

Y así empezó la batalla porque teníamos a todo el mundo en contra, nos decían que éramos tipos no religiosos, que éramos masones, una infinidad de cuentos… Resulta que logramos reunir sesenta o setenta papás para iniciar el colegio con Kindergarten, Primera Preparatoria, Segunda  y Tercera. 

Y para ese efecto arrendamos una casa en el centro de Rancagua que era muy grande, y que permitía hacer este colegio.

Posteriormente pasaron dos  o cuatro años y empezamos a quedar cortos de espacio y de posibilidad de crecimiento, motivo por el cual nos pusimos a buscar terreno, y en esa oportunidad un señor Alberto Ruz  tenía una parcela, que son las cinco  hectáreas que ahora ocupa el colegio y que logramos comprar con el aporte de todos los papás ya que partimos como institución sin fines de lucro, y los aportes de los papás eran 100% invertidos en el colegio. Este colegio se formó exclusivamente con el empeño de los padres y esto prueba que, cuando se quiere hacer la cosa, se puede hacer.

Conclusión: Compramos el terreno y empezamos a hacer las salas de clases hexagonales, que fue una idea que vimos en colegios de Estados Unidos porque tenía la ventaja de que fuese igual que un panal de abejas, ósea tú le agregabas a otro lado del hexágono una nueva sala de clases, y como no teníamos plata, cada dos a tres  años le agregábamos dos a tres  salas de clases, y así terminamos hasta llegar a tener la construcción completa para poder realizar enseñanza primaria y secundaria completa. Bueno, ese sería el inicio del colegio, como se gestó y porqué, porque quisimos tener un colegio de mejor calidad para nuestros hijos. Y eso es lo que hoy día, con todas las conversaciones que hablan de la enseñanza… resulta que nadie quiere ponerse y todo lo esperan del estado y que el estado le tiene que dar gratis y toda la historia y el resultado es que la enseñanza estatal es un desastre.

Bueno ese es el inicio del colegio, y a mí me ha producido una satisfacción enorme porque partimos como sesenta a setenta   alumnos y hoy día creo que son más de mil y con un colegio estupendo y me alegro muchísimo que las sucesivas direcciones del colegio mantuvieron este espíritu de ir haciéndolo cada vez más grande y de mejor calidad, así que encantado de poder contarte los inicios. Lo otro que te puedo decir es que el actual del instituto me parece estupendo, así que mando mis felicitaciones tanto como a los alumnos como a la directiva, los felicito porque lo han hecho estupendo.

 La insignia del Instituto Inglés es la insignia que tenía el antiguo Instituto Inglés, y las palabras que son “Truth. Honor. Power” eran también los tres motivos que tenían sobre la insignia. En cuanto a las corbatas que tenían los dos colores “red and grey”, también fue parte de lo que fue el instituto primitivo. El instituto más antiguo, anterior al que yo estuve, estuvo en la Avenida Diego Portales, y el instituto en el que yo me eduque está en la Avenida Macul, en Ñuñoa, y también tenía aproximadamente 5 cinco hectáreas, era un terreno muy grande.

 ¿Cómo llegó la locomotora?

La locomotora llegó al Instituto Inglés porque en la época que yo trabajaba en El Teniente, estaba a cargo del departamento Talleres, entonces los equipos viejos se mandaban a un patio que llamaban “patio de chatarra” y ahí se fundía todo esto para hacer nuevas piezas. Entonces lo que paso es que yo hablé en esa oportunidad con el gerente el Teniente que era un señor de apellido Byron Grant,  para pedirle que del patio de chatarra, nosotros pudiésemos sacar materiales para que pudiésemos seguir construyendo. En eso llego la locomotora y le comunique que tenía interés en llevar a la locomotora para allá, lo cual fue autorizado. Conclusión, es que con unos amigos del departamento de ferrocarriles conseguimos una grúa, un camión, pusimos dos pedazos de riel y ahí instalamos la locomotora. Además una de las locomotoras antiguas tenía una de estas campanas, que se usaban típico de los trenes antiguos a vapor, y faltaba una campana para el colegio (la cual se la robaron los niñitos) así que se instaló para hacer el llamado para el recreo, etc… y la campana por casualidad venia de Estados Unidos, la había hecho una empresa que tenía el apellido Howard, y esta campana en la base tenía el nombre Howard. Cuando instalamos la campana resulta que mi socio Diego Ruidíaz me dice: “Chita que eri’ mala onda, pudiste haber puesto Ruidiaz y Howard”, porque pensó que yo había mandado a hacer la campana (risa). Bueno, la campana no tenía nada que ver con la locomotora, es una anécdota. 

Así se fueron gestando las cosas y los distintos pasos para ir completando el famoso Instituto Inglés. Ese es el cuento de la locomotora. La habíamos puesto en un principio para los niños del Kínder y primaria, para que los niñitos se subieran y jugaran y la pintamos de colores así más o menos vistosos.

 4. ¿Quién fue el primer rector? 

Fue Mister David Graham, un profesor de lengua y literatura inglesa que además había sido profesor del Instituto Inglés e inspector general, así que tenía mucho manejo de alumnos. Ese señor fue contratado, cuando iniciamos el colegio en la casona, y desafortunadamente los inviernos rancagüinos, que en esa época eran de verdad, le pasaron la cuenta, le dio una gripe muy intensa, estuvo al borde de bronconeumonía y quedo después muy mal trecho, por lo cual no pudo seguir, alcanzó a estar el primer año no más. Así que Mr.  David Graham de origen escoces, como te digo, había sido profesor de inglés y literatura en el colegio en el que yo me eduqué, de ahí salió este caballero, yo me acordaba de él cuándo empezamos con el colegio y le solicite que viniera a ayudarnos a la partida, a la puesta en marcha.

Cuando se enfermó Mr. David Graham empezamos a buscar un sustituto. En esa época, como te digo, era solamente preparatoria, y la Miss  Cooper, se llamaba Charlotte Cooper, era directora de un colegio de Viña del Mar inglés, pero aparentemente allá, habían puesto a una persona más joven y a ella la iban a dejar de profesora, y en esa oportunidad, alguien me dio el dato y nos comunicamos con ella y se vino y ella fue la que consiguió digamos ser la Directora en esos primeros días. Ahora,  la Charlotte Cooper era estrictísima como dicen, pero era excelente. Ella se preocupaba de hacer para todos sus alumnos unas hojas diarias que ella misma imprimía con un sistema de gelatina muy especial, y que los niños después coloreaban y toda la materia la pasaba con estas famosas hojas para ese efecto. Entonces ella nos solicitaba a nosotros que le hiciésemos llegar los materiales para hacer todo este trabajo, ahora... lo espectacular de la Miss  Cooper era que para ella todos absolutamente todos tenían que sacarse poco menos que un 7, así que los que iban más retrasados, ella se quedaba todos los días, horas extras , que no se las pagábamos, lo hacía de forma voluntaria, así los niños que estaban más retrasados estaban hasta que aprendían la materia de manera que nadie se fuese quedando atrás. Ahora como te digo era muy estricta, pero además de ser estricta era muy objetiva, era muy razonable en el sentido de que la estrictez es una cosa para que la gente aprenda quien manda, pero no era una mujer que tratara a la gente con crueldad, al contrario, era bastante amistosa, hacia esos típicos tés ingleses con scones, unos queques de estos tipo pan de huevo y a algunos de los muchachos los invitaba a tomar tecito con ellos.

Fue una excelente profesora desde el punto de vista pedagógico excelente también, y esos cabros que pasaron por sus manos prácticamente todos salieron hablando inglés después de cuatro años, bastante fluido, porque los libros que teníamos en esa época los importábamos todos de Estados Unidos, y todas las clases eran en inglés, todas absolutamente todas, menos Historia  de Chile y Castellano pero todo el resto, la Aritmética, la Ciencia, todo eso era con libros que traíamos de Estados Unidos que eran muy bonitos.

Y bueno,  así fue como echamos a andarla casona antigua digamos, en la segunda etapa, después de que se retiró Mr. Graham, y la Miss Charlotte Cooper, estuvo con nosotros hasta que empezamos a llegar a la parte secundaria y ahí tuvimos que traer otra profesora,  que tenía estudios pedagógicos y que había dirigido en otras partes a alumnos de segundo grado. 

Ahí la miss Cooper decidió que no, que ella no podía seguir bajo las ordenes de otra persona y nos presentó la renuncia y se fue a vivir a Viña, ella era de Viña del Mar, pero fue una excelente profesora y nos ayudó muchísimo.

 La profesora que siguió era una señora norteamericana,  Miss Mary pero estaba casada con un señor Araya así que todo el mundo la conocía por miss Araya, su apellido era Fortier.  Así que ella siguió hasta muchos años con nosotros, no me acuerdo cual fue el último año… yo me retiré después , estuve diez años en el Directorio desde que fundamos el Colegio hasta que salieron mis hijos.. De ahí nosotros nos fuimos a vivir a Venezuela en la época de la Unidad Popular,  la junta de abastecimiento y precio de la época, decidí que no daba para más la cosa aquí, y empecé a buscar otros horizontes. En esa oportunidad fuimos a Canadá, a Puerto Rico, a Brasil, pasamos por Venezuela y ahí teníamos gente conocida, me ofrecieron un cargo bastante bueno así que hicimos las maletas y partimos para allá.

Así que ese es el cuento de la miss Cooper… bueno ya te he contado varios cuentos... (risas).

 Que les  vaya muy bien, y saludos a todos los ex  alumnos y alumnos.

Kenneth Howard. 
Socio Fundador Instituto Inglés de Rancagua

 

Orietta Arenas  G ' 75